Me pregunto que sentido tiene comunicar la entrega del premio Nobel de la Paz, un premio que hace rato evidencia como el poder utiliza sus tentáculos para disfrazarse de santo. Algo ya demasiado obvio como para sorprendernos.
Y siendo que nos pareció suficiente la vergüenza al ser entregado éste en otra oportunidad a un par de presidentes estadounidenses, ambos pro guerra, ahora resulta que va dirigido a la Unión Europea, unión que sólo existe por motivos económicos (de hecho los países europeos no participantes sólo pueden ingresar al grupo teniendo algo económico que aportar). Queda claro entonces que la Unión Europea, lo mismo que toda agrupación sin fines caritativos, no es más que cualquier otro tratado de comercio donde además se ha puesto una moneda común.
Decir algo distinto es burlarse de las personas que aún ven con idealismo este premio. Y es que lo que se quiere en realidad es pasarle una buena cantidad de dinero a una zona que está de camino a la ruina, además de una muy conveniente etiqueta (la de equipo de PAZ) para restablecer el interés y respeto perdidos.
Por favor, no seamos ingenuos, hasta hace poco Grecia era amenazada con ser expulsada de la Unión Europea por no cumplir con las pautas económicas impuestas. Nada diferente de como suele actuar el FMI frente a sus deudores.
En un mundo donde el bullying es moneda corriente... el tuerto es rey. ¿O me equivoqué de refrán?.
Es realmente una desgracia desde mi punto de vista que instituciones como el Nobel estén tan corruptas y no sean lo que dicen ser.
ResponderEliminarYo cambiaría la pregunta de esta nota a "¿Quién le cree al Nobel?" (ojo que no puse de La Paz porque creo que todos los premios Nobel tienen la misma finalidad: beneficiar política y/o económicamente a países y/o o grandes corporaciones (que están ocultas detrás de todo esto, ¿o acaso un premio Nobel de Medicina no beneficiará a determinadas farmacéuticas?))