domingo, 22 de enero de 2017

Forestales Responsables?

En este país es realmente serio el problema que guardan bajo el colchón las empresas forestales... o, mejor dicho, "la" empresa forestal.
Este rubro no sólo introdujo irresponsablemente especies no nativas inflamables sino que extiende su negocio desde hace muchos años hectáreas tras hectáreas en casi toda la extensión cultivable, arrinconando ciudades y amenazando silenciosamente a sus seres vivos. Además es culpable de haber arruinado este vasto y hermoso territorio, sus paisajes naturales, sus aromas típicos, determinando el camino de rutas y senderos, aburriendo al turista, contaminando suelos, malgastando agua, contribuyendo a eliminar especies, como la abeja nativa, en favor de otras más agresivas que se han vuelto plaga.
Donde crece un pino o un eucalipto es sabido que no crecen otras especies. Cada planta tiene su forma de sobrevivir y relacionarse con su ambiente, pero cuando una foránea toma el dominio rápidamente, no hay otro elemento regulador en el sistema. Ésto sumado al hecho de ser especies, como el pino, de climas y suelos muy distintos... Estamos entonces en un incendio descontrolado e intencionalmente causado. O acaso una gran empresa puede obrar a su antojo sin responsabilidad medioambiental?...
No es precisamente una actitud compasiva y caritativa prestar ayudar para apagar un incendio sin dar nombre de tal empresa. Mientras tanto acaba de terminar el evento en Estación Mapocho donde el material de la infraestructura de los stands son tablas de madera de pino, y casualmente hubo uno donde se expuso la prevención de incendios forestales a través de sensores instalados...
Realmente macabro.

Contaminación del Aire

Es notable como la calidad del aire disminuye año a año. De pronto el paisaje desaparece, el filtro es gris.
Las causas son varias, incendios, gases contaminantes de vehículos e industrias, el consumo de cigarrillo, el uso de parrillas y chimeneas a leña, la sequía, el uso de materiales tóxicos volátiles desde la construcciones, la decoración y hasta la cosmética. Algunos podemos olerlos fácilmente, otros no son detectables por su olor.
Claro, nuestra completa forma de vida es principalmente visual. Excepto por la triste niebla gris, la irritación de los ojos, nariz y garganta, la mayoría de los ciudadanos viven inconscientes y despreocupados, y por ende descomprometidos, el día a día laboral y familiar con solo algún paliativo de farmacia de fácil automedicación. Y es que el olfato y luego el gusto son los primeros sentidos en perderse en un hábitat hipertóxico. De hecho hay casos puntuales, como tantos otros en todos los países con falta de regulación, como el de Don Torcuato en Buenos Aires, donde hay una textil y una papelera, ambas contaminantes cancerígenas, la segunda emite permanentemente un olor nauseabundo que  ya casi ninguno de sus habitantes distingue pero que yo he tenido que soportar mientras allí vivía.  Es un hecho muy llamativo la completa falta de leyes protectoras de esta vital substancia gaseosa tan necesaria para la vida: el aire.
Lo que es realmente curioso es la aberración a la que hemos llegado: que se vendan cigarrillos, perfumes, desodorantes, cremas y hasta papel para limpiarse el cuerpo con olores artificiales, intensos, duraderos, invasores del espacio aéreo ajeno, violadores del cuerpo interno del otro... Y, en cambio, se discriminen a las personas con todo el rango de violencia implicada, por sus olores corporales naturales, debidos o no a su particular alimentación, debidos o no a alguna enfermedad, debidos o no al exceso de peso y las temperaturas extremas del cambio climático, debidos o no a la pobreza y escasez hídrica, debidos o no a las costumbres higiénicas de su cultura, debidos o no a la explotación laboral y sus desastrosas condiciones.
Uno debe felizmente dejarse intoxicar por el artificial, no elegido ni necesario perfume y rechazar con distancia y comentarios al inevitable y honesto olor corporal?...
No sólo vivimos en un mundo partido entre los que agregamos valor cultivando el respeto y la convivencia, y los otros, aquellos que alegremente atropellan, abusan, se mofan con la permisividad del consumismo, se burlan del dolor y las diferencias como si fuera eso gracioso o el lema de una nueva campaña.
Saben qué es lo peor?: querer caminar para no contaminar pero eso te mata porque estos Malos Aires te acortan la vida, querer cambiar a un auto eléctrico pero es carisimo, no hay suficiente oferta de ellos y no hay zonas de carga siendo que vivir en la ciudad es igual a vivir en departamentos.
Falta coherencia, insisto, todos escapan cuando un gas se escapa... y no es chiste!.

domingo, 8 de enero de 2017

Será el aire o el agua?...

Es época de vacaciones en esta parte del mundo. El calor se empieza a sentir en Chile, en especial en un Santiago en llamas. Unos, los argentinos de entre 20 y 50 años cruzan en cuatro ruedas con voracidad compradora, mientras otros, los chilenos, huyen al bello sur en busca de verde y oxígeno. A su vez, del otro lado de la cordillera  el calor es abrazador. En el país del horno, el verano porteño es tal vez el peor. En el seco Santiago los ánimos se aplacan con un poco de alcohol y festejos. En el húmedo y espeso aire de Buenos Aires las tormentas son las del fin del mundo, los mosquitos están hambrientos, y el ánimo de las personas está que hierve...
Como toda nacida en la bizarra Argentina, guardo siempre un pedacito de esperanza y compasión por los que allí habitan y allí aman, pero la esperanza es la reina en un mundo ajeno y desconocido, no es parte del lenguaje en estas tierras.
Estos días sigo viendo el avance de un crudo y desgarrador proceso de autodestrucción que se percibe sin mucho esfuerzo. Un proceso que avanza en toda la humanidad pero a ritmos diferentes dependiendo de la concentración humana y la fortaleza de sus vínculos.
Sé que este mundo está caldeado y probablemente vaya a peor en los próximos tiempos, es razonable que nuestro temperamento nos lleve a un comportamiento impulsivo mientras más y más nos cocinemos. .. Es la razón que me lleva a esta reflexión, a darles una pequeña muestra de lo que se respira por esta parte del mundo, y en particular en la aglomeración humana producida por la codicia y el desplazamiento. La tumba se cava cuando los sueldos no aumentan al ritmo de la inflación, el materialismo y el vacío valorico carcomen las almas tirando leña a un fuego que se ha vuelto descontrolado, empujando a un desesperante individualismo por la supervivencia y desintegrando con continuas peleas lo que queda de la familia y relaciones que nos contienen.
La carencia de significado, de proyección en la vida, producida por la frustración prolongada y el descreimiento, nos hace más parecidos a un animal herido y desorientado. Sin la particularidad del hogar y  sin grupo de pertenencia el primitivismo de la masa sólo empeora sus peores razgos, las formas de delincuencia se vuelven exponenciales, los observadores pierden interés y la paciencia necesaria para encontrar la belleza original, el temor aumenta. Las migraciones se gestan una detrás de otra desde los lugares más remotos hasta los más cercanos y el problema sólo puede empeorar en ausencia de compasión, respeto y tolerancia, los que sólo existen en terrenos donde han sido sembrados y cultivados con reverencia.
Al fin al menos hay algo que la terrible situación nos obliga a reconocer: somos inevitablemente parte del todo, del medioambiente que nos incluye y hemos configurado a nuestro estilo artificialoide. No hay forma de abstraerse, no sirve de nada huir porque el impacto esta alcanzando el límite de nuestra existencia en este mundo. Será esta crisis una oportunidad?...