En muchos países hoy se festeja Halloween. Algunos heredaron el festejo proveniente del hemisferio norte, como sucede en Chile y Argentina, sin saber exactamente qué se festeja, más bien por la diversión de disfrazarse.
A ciencia cierta, el origen de esta festividad es pagano y muy antiguo, tanto que se desconoce con exactitud su comienzo. Y es que desde la antigüedad, muchas pueblos indígenas y civilizaciones ya extintas han respetado y recordado especialmente en esta fecha a sus difuntos.
Siendo que el mito de la gran inundación y el nombre de Noé aparecen en registros de todo el mundo, hay quienes sospechan que la primer gran mortandad por un hecho inesperado e incontrolable a gran escala creo un trauma tal que debió sentar una huella así de profunda en la memoria colectiva. Esta memoria en principio es reflejo del duelo que todos llevamos por nuestros seres queridos, pero representa también el recordatorio del deber de la humanidad de ser humildes frente a la soberbia de controlarlo todo (incluida la vida y la muerte).
Entonces, esta parada entre octubre y noviembre señala un hito donde debemos reflexionar sobre el sentido de nuestra existencia, personal y colectiva, sobre las experiencias pasadas y el horizonte elegido.
En mi opinión, la raíz se acerca más a motivar el conocimiento de la esencia humana y su lugar en el mundo.
Por eso: hoy más que nunca no te dejes alienar por la vida fácil y irreflexiva, tampoco te desanimes ya que hoy es cuando puedes recordar la inmensidad a la que perteneces.
A ciencia cierta, el origen de esta festividad es pagano y muy antiguo, tanto que se desconoce con exactitud su comienzo. Y es que desde la antigüedad, muchas pueblos indígenas y civilizaciones ya extintas han respetado y recordado especialmente en esta fecha a sus difuntos.
Siendo que el mito de la gran inundación y el nombre de Noé aparecen en registros de todo el mundo, hay quienes sospechan que la primer gran mortandad por un hecho inesperado e incontrolable a gran escala creo un trauma tal que debió sentar una huella así de profunda en la memoria colectiva. Esta memoria en principio es reflejo del duelo que todos llevamos por nuestros seres queridos, pero representa también el recordatorio del deber de la humanidad de ser humildes frente a la soberbia de controlarlo todo (incluida la vida y la muerte).
Entonces, esta parada entre octubre y noviembre señala un hito donde debemos reflexionar sobre el sentido de nuestra existencia, personal y colectiva, sobre las experiencias pasadas y el horizonte elegido.
En mi opinión, la raíz se acerca más a motivar el conocimiento de la esencia humana y su lugar en el mundo.
Por eso: hoy más que nunca no te dejes alienar por la vida fácil y irreflexiva, tampoco te desanimes ya que hoy es cuando puedes recordar la inmensidad a la que perteneces.
Felicidades a los vivientes, a los conscientes y a los muertos por formar parte de la gran danza !!
Como regalo, a modo de dulce, acá va una tarta de frutilla sin gluten recién servida.
Sus ingredientes son:
- un puñado de almendras
- una taza de azúcar
- media taza de harina de quinoa
- una taza de harina de arroz
- un chorro de esencia de vainilla (sin gluten)
- 3 cucharadas de manteca
- un huevo
- 3 hojas de colapez o 3 sobres de gelatina en polvo sin sabor (o agar-agar si consiguen, después de todo aunque no tengan gluten ninguno de ellos son realmente saludables)
- dos tazas de frutilla
- media taza de frambuesas
- agua cantidad necesaria
- crema batida y hojas de menta para decorar
- una taza de azúcar
- media taza de harina de quinoa
- una taza de harina de arroz
- un chorro de esencia de vainilla (sin gluten)
- 3 cucharadas de manteca
- un huevo
- 3 hojas de colapez o 3 sobres de gelatina en polvo sin sabor (o agar-agar si consiguen, después de todo aunque no tengan gluten ninguno de ellos son realmente saludables)
- dos tazas de frutilla
- media taza de frambuesas
- agua cantidad necesaria
- crema batida y hojas de menta para decorar
Preparación:
Les recomiendo seguir este orden: primero hacer y hornear la masa, luego pasar al relleno, después hacer las garrapiñadas de almendra y finalmente el resto de la decoración.
Para hacer las garrapiñadas de almendra, que son parte del acompañamiento, se pone en una olla pequeña 4 cucharadas de azúcar, un par de cucharadas de agua y una cucharadita de manteca. Se calienta hasta formar burbujas medianas a grandes y luego se echan las almendras trituradas. Se revuelve y saca del fuego.
Por otro lado en un bowl se ponen las harinas, la mitad del azúcar restante, la vainilla, la manteca previamente derretida y el huevo, y se mezcla. Luego se agrega un poco de agua de ser necesario hasta formar una pasta con el tenedor. Esta pasta se pasa a una fuente de tarta ya enmantecada y se estira con el mismo tenedor y/o con ayuda de los dedos.
Aparte se calienta en una olla unos 150 CC de agua junto con las hojas cortadas en tiras de colapez y lo restante de azúcar, hasta que todo se disuelva. Se deja entibiar, se agregan las frambuesas y la mitad de las frutillas y se procesan hasta quedar un jugo espeso.
La masa de la tarta se lleva a horno fuerte unos 15 minutos hasta que quede levemente dorada y seca. Se retira y se coloca encima la mezcla de colapez. Se lleva luego a la heladera o refrigerador hasta que el relleno endurezca. Se retira, se corta para servir, y sobre cada porción se colocan algunas frutillas rebanadas, las almendras garrapiñadas a los lados, una cucharada de crema batida por encima, y se corona con un par de hojas de menta.
Para hacer las garrapiñadas de almendra, que son parte del acompañamiento, se pone en una olla pequeña 4 cucharadas de azúcar, un par de cucharadas de agua y una cucharadita de manteca. Se calienta hasta formar burbujas medianas a grandes y luego se echan las almendras trituradas. Se revuelve y saca del fuego.
Por otro lado en un bowl se ponen las harinas, la mitad del azúcar restante, la vainilla, la manteca previamente derretida y el huevo, y se mezcla. Luego se agrega un poco de agua de ser necesario hasta formar una pasta con el tenedor. Esta pasta se pasa a una fuente de tarta ya enmantecada y se estira con el mismo tenedor y/o con ayuda de los dedos.
Aparte se calienta en una olla unos 150 CC de agua junto con las hojas cortadas en tiras de colapez y lo restante de azúcar, hasta que todo se disuelva. Se deja entibiar, se agregan las frambuesas y la mitad de las frutillas y se procesan hasta quedar un jugo espeso.
La masa de la tarta se lleva a horno fuerte unos 15 minutos hasta que quede levemente dorada y seca. Se retira y se coloca encima la mezcla de colapez. Se lleva luego a la heladera o refrigerador hasta que el relleno endurezca. Se retira, se corta para servir, y sobre cada porción se colocan algunas frutillas rebanadas, las almendras garrapiñadas a los lados, una cucharada de crema batida por encima, y se corona con un par de hojas de menta.
Tómense un minuto para disfrutar la belleza de la presentación del plato, imaginen que es sangre!!...
