jueves, 27 de mayo de 2021

El Muro

Nací en Argentina, luego me vine a vivir a Chile, asi es que la mayor parte de mi familia quedó allí. Son 1.500 kilómetros de distancia entre Santiago (Chile) y Buenos Aires (Argentina), la misma distancia que transitan los turistas argentinos cuando viajan desde la gran ciudad central del país a la bella Bariloche, hacia el sur patagónico y cercana a la cordillera de Los Andes, muro natural entre ambos paises. 
Transitar, recorrer el país es algo que muchos disfrutan, es la experiencia misma de estar ahí, en cada rincón, con tus sentidos, es la oportunidad de dejarse sorprender por la vida en sus variadas formas creando habitat. Es la mismísima expresión de la libertad, no pide permiso, sólo es, se manifiesta en su deseo: descubrir el mejor contexto para el florecimiento.
Hoy se están levantando muros, no uno natural como la cordillera, en apariencia difícil de atravesar y sin embargo un laberinto de aventuras, protector de la vida, sino muros como han habido tantas veces en la historia, levantados en piedra por el humano y contra la vida... Otra vez el Muro!
Me pregunto qué necesitamos para aprender de la experiencia, del camino de tantas vidas derivadas en trauma... Trauma colectivo. Me pregunto si acaso fallamos en sentirnos uno como especie. 
Aquí estoy y te anhelo, deseo compartir juntos, aquí estoy y tambien soy sensible al miedo. Eres humano, amas esta especie como yo, y aquí habitas, en este mundo que nos espera con sus brazos abiertos. 
Esta vez veamos quienes son aquellos que levantan muros, veamos si hay un muro levantándose en nuestro interior, y detengamos su construcción. Detengamos la fragmentación del ser, de la pareja, de la familia, de la amistad, de la comunidad en su hábitat, y juntos los constructores contemos nuestras historias mientras picamos las piedras en armonía. Y llevemos estas piedras al jardin esmeralda donde deseamos vagar.
Te espero, humano.