Hemos caminado un rumbo desconocido creyendonos únicos, especiales y presentes, y luego en el rincón oscuro, solitarios, vacíos y ausentes, pedimos ayuda en silencio y lágrimas, frustrados...
Te amo, esa es tu primera frase, tu nacimiento interno. Gracias, humildemente te dices. Estás, y es suficiente. Respiras!
Aqui ya no somos dos sino uno, uno en el abrazo íntimo de uno para el uno, de dos que son lo mismo!. Ahí comienza el diálogo, la compañía, el saber estar, en sencillez y naturalidad. Soy para mí la que soy, soy y es suficiente para mi, soy y elijo estar. Y porque ahora es dónde, ahora es cuándo, me hago presente.
Hazlo para tí, hazlo por tí, y luego mírame, estoy!