Otro día para ella ha llegado y en este mundo no mucho ha cambiado respecto a sus derechos, respecto a su propia estima.
Mucho podemos quejarnos pero poco nos tomarán en serio mientras no actuemos en consecuencia, lo mismo vale para el medioambientalista que a diario contamina. El reclamo nos compromete a todos, implica al menos por un rato no tomarse esa selfie mostrando mas piel bajo el cuello que sobre él, implica educar a los hombres cercanos más que tolerarlos o castigarlos por su ignorancia, implica respetar y proteger la infancia y adolescencia de nuestros hijos procurando que vivan como tales. Todo lo anterior no es nada fácil por cierto. En cuanto nos descuidamos nuestra hija de 9 se preocupa más por estar maquillada que por jugar, nuestra hija de 15 por evitar las reuniones sociales para que nadie note que no fuma ni quiere emborracharse, y una como madre se pregunta si ya es hora de dejar las transparencias y la ropa tan ajustada... o por el contrario es mejor mostrar curvas a cualquier peatón y seguir sintiendo que la carne (y algo de grasa) nos empodera.
Soy mujer, soy madre de mujeres, soy hermana e hija, fui nieta de una abuela, he conocido unas cuantas mujeres en mi vida y aún no tengo una idea formada sobre ser mujer, sólo hago ensayos. Es que básicamente soy una persona como cualquiera viviendo con un cuerpo que parece limitar mis derechos...
jueves, 8 de marzo de 2018
Mujer, carne para vuestros ojos
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