De que nos estamos perdiendo?

Perdón por mi atrevimiento. No puedo abstenerme de opinar cuando algo atrae mi curiosidad e indignación.
El ébola y su halo de desconocimiento intencionalmente creado, de lo que tanto se habla, esta causando paranoia tal como lo hizo la muy famosa gripe H1N1 en su momento. Al punto que los niños en los colegios hablan de eso, con sus interpretaciones aún más exageradas que la de sus "adultos" padres, asustandose y así mismo presionandose mutuamente en un ajuste de códigos enfermizo... Y como si no fuera suficiente, los docentes también aterrorizados los incitan a embadurnarse cada tantos minutos (tiempo aleatoriamente decidido) con alcohol gel (producto de la modernidad que se dice ultradesinfectante). Implicando de este modo una acentuada desinformación e intoxicación, alcoholización, de los ya desorientados y solitarios niños.
Es que acaso se olvidan que toda enfermedad tiene su cura natural?, es que acaso se olvidan que todo virus necesita condiciones especiales para prosperar?, es que acaso olvidan que la piel no es algo a lo que tener asco o miedo de tocar sino un órgano permeable del cuerpo?...
Si una hora de piscina implica absorber por la piel casi un litro de cloro, imaginen cuanto alcohol incorporará un niño frotándose un generosa cantidad  continuamente durante la jornada que pasan en la escuela...
Cómo es que la sola probabilidad de una enfermedad (que además es de muy baja incidencia) puede llevar a adultos con niños a cargo a enfermarlos y traumarlos de forma garantizada?...
Por otro lado, atemos cabos, el Papa ha dicho que estamos en los comienzos de una tercera guerra mundial con un nuevo modus operandis: ataques bacteriológicos que van mermando la población. Entonces lo más lógico de pensar es lo que se deduce del curioso hecho de que por primera vez la enfermedad sale de su pequeña sede en África: que hay indefectiblemente un poderoso interesado en que ello suceda y esto es sólo una parte de su muy planeado plan.
Sé que son pocos los que se atreven a ver y pensar así.  No es fácil para el cómodo cerebro humano ver más allá de lo obvio y cotidiano, y no por eso debemos relajarnos y creer que estamos a salvo... Hay una responsabilidad como seres pensantes, inteligentes, amantes de la evolución del ser y la consciencia, y se la debemos no sólo a nuestra curiosidad sino principalmente a las generaciones venideras (si queremos que existan).