martes, 31 de julio de 2012

SMOG o el aire que no respiras

Todos los días sales de tu casa y viajas a tu trabajo, a visitar a tu familia, al shoping mall, o simplemente a recorrer tu ciudad pero cuando estas fuera el ruido ambiente no era lo que imaginabas, el olor a combustible y otros tóxicos está lejos del aroma a flores y hierbas, tus ojos comienzan a lagrimear, tu nariz se irrita, tu garganta te pica y comienzas a sentir un incómodo dolor de cabeza. No sabes si estás enfermando o si será posible culpar al SMOG.
Con suerte no se te ocurrirá hacer deporte al aire libre ni fumar, ¿o si?. Si, hay personas a quienes el vicio les gana y suman más tóxicos a su organismo.
El esmog o smog es una forma de contaminación originada a partir de la combinación del aire con contaminantes durante un largo período de altas presiones, que provoca el estancamiento del aire y, por lo tanto, la permanencia de los helios en las capas más bajas de la atmósfera, debido a su mayor densidad.
El esmog fotoquímico se registró por primera vez en la ciudad de Los Ángeles en 1943, cuando la combinación de óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles procedentes del escape de los vehículos reaccionaban, catalizados por la radiación solar, para formar ozono y nitrato de peroxiacilo. Al mismo tiempo se oscurecía la atmósfera, tiñendo sus capas bajas de un color pardo rojizo y cargándola de componentes dañinos para todos los seres vivos y diversos materiales.
En zonas muy pobladas, el índice de mortalidad suele aumentar durante estos periodos, sobre todo cuando la inversión térmica crea sobre la ciudad una cubierta que impide su disipación. Se produce con más frecuencia en ciudades con costa o cercanas a ella, o en ciudades situadas en valles amplios, con zonas arbóreas abundantes. Su mayor incidencia se produce en las horas centrales del día, cuando la radiación solar es mayor, acelerando la producción de los contaminantes secundarios. Se ve favorecido además por fuerte insolación y vientos débiles que dificultan la dispersión de los contaminantes.
El esmog se puede formar en casi cada tipo de clima donde las industrias o el movimiento de las ciudades liberan grandes cantidades de contaminantes al aire. Sin embargo, es peor durante periodos de clima cálido y soleado cuando la capa superior del aire es lo suficiente gruesa como para inhibir la circulación vertical. Esto es especialmente frecuente en cuencas geográficas, lugares rodeados de lomas o montañas, en donde los contaminantes quedan atrapados debidos al efecto de la inversión térmica. Normalmente estas condiciones se mantienen durante largos periodos de tiempo y pueden crecer hasta niveles peligrosos como ocurre en ciudades densamente pobladas como Londres, Nueva York, Los Ángeles, São Paulo, Quito, Ciudad de México, Madrid, Houston, Toronto, Santiago de Chile, San Salvador, Atenas, Pekín, Hong Kong, Buenos Aires, y otras.
Se intentan medidas paliativas como imponer peajes, competencia en tipos de transportes, disminuir la necesidad de movilidad, aumentar las zonas verdes, el uso de asfalto especial y la restricción vehicular.
Lo cierto es que el smog va en aumento al ritmo del crecimiento poblacional y la densificación de las ciudades. La pésima y desigual distribución de la riqueza tampoco contribuye ya que obliga a los pobres a vivir lejos de sus lugares de trabajo, con el consecuente aumento del uso del transporte público (que en la mayor parte aún consume petróleo), y le permite a los ricos seguir acumulando vehículos y aviones (ambos contaminantes). Sin embargo el tema de fondo que permitiría hacer un cambio importante en la calidad del aire que respiramos es la fuente de energía que utilizamos, y en segundo lugar la razón que nos lleva a densificar la población y fabricar ciudades en la escala actual.
El gran negocio inmobiliario, la eterna demanda de espacio donde no lo hay mientras el precio del metro cuadrado continúa en un aumento sin tope, siempre gana con el modelo de la centralización del poder extendiendo descaradamente el horizonte y la altura de las ciudades.

La lucha de las torres por alcanzar el celeste cielo a través de la opaca y grisácea cúpula de sus propios desechos... A que no adivinan cuales son las ciudades de las siguientes fotos.









1 comentario:

  1. ¿Solución? Al menos para el smog supongo que debería ser la energía eléctrica u otra alternativa al petróleo.
    Aunque con la energía eléctrica trasladamos el problema hacia centrales nucleares o represas hidroeléctricas más el aumento en el consumo de baterías que son altamente contaminantes.

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