La guerra ganada de lo antinatural

Acorralados están los que pretenden vivir sanamente, sin químicos sintéticos abarcando sus alimentos, medicinas, vestuario, mobiliario. Los principales negocios del mundo, gracias a sus dueños, empleados y clientes están en todo el mundo, tienen derechos que no tiene un ciudadano común como usted y yo, están entre políticos, son reyes o reinas, financian compañas de los candidatos que votamos sea con favores, regalos o efectivo. Países enteros viven de ellos gracias a que la publicidad le ha dado una mano y los que hacen las leyes han mirado para otro lado.

Casi nadie come comida fresca, frutas, verduras y semillas sin procesar ni cocinar a altas temperaturas. La naranja tentadora que nos muestra la tv resulta estar casi vacía de nutrientes por un suelo contaminado con abonos que no lo son realmente, ni hablar de sus genes, y en pantalla se transforma mágicamente en jugo, no natural por supuesto, sino un venenoso polvo digno de una bruja de libro de cuentos. Sí, nuestros gustos han cambiado, es común ver a personas reunidas o no consumiendo religiosamente su Coca light, no toman agua, no exprimen una fruta, sino que tienen una apremiante necesidad de eso que no sale de una planta. Ni por curiosidad leen las etiquetas, lo saben y les da igual, sus amigos, familiares o presidentes pueden estar luchando con el cáncer o la diabetes y sin embargo tampoco ven con ojos bien abiertos la realidad que vivimos.

El ser humano tiene la capacidad de adaptarse a todo, aún a aquello que lo está matando... Nada parece tan terrible, siempre hay excusas, siempre podemos apelar a la resignación, toda medida parcial parece sin sentido, parece que nos vemos obligados a elegir entre vivir en una burbuja orgánica, aromática, sanadora o en este planeta lleno de basura hasta en sus lugares más remotos. Todo naturista debe admitir que inevitablemente gran parte de su vida sigue estando contaminada. Somos seres que vivimos en comunidad, somos tan enfermos como aquellos que nos rodean.

Vivir ya no es querer hacer un mundo mejor sino simplemente recrearse: mirar tv, usar videojuegos, burlarse de los demás, ostentar la más nueva tecnología en artefactos que supuestamente debes portar, hacer acto de presencia en las redes sociales, mentir apareciendo en fotos y videos teniendo una vida llena de fiestas, amistades, lujos, mostrando siempre sólo tu lado divertido. No se te ocurra decir que no te interesan las redes sociales por que entonces estarás fuera, ¡out!. No se te ocurra contar tus problemas personales a tus supuestos amigos de la red a menos que te estés por morir, tal vez así te pongan en un video... Es que olvidé decirles que en este nuevo mundo parece correcto ser amante del morbo.

Ningún producto por más maravilloso que parezca debería ser incorporado a nuestras vidas sin previo análisis de sus implicaciones, la libertad de elegir es primordial y no existe cuando la coerción es la que nos lleva a adquirirlo, cuando la sociedad nos dice en doble sentido y a veces directamente que no somos nadie sin ello.

Que quede claro: NADIE ES DUEÑO DE LA NATURALEZA, no existe patentar especies naturales, estamos hablando del patrimonio de la humanidad, la "pachamama" o madre tierra, la que nos da de comer, de vestir, la que nos da cobijo.

Si tanto nos interesa ocupar nuestro tiempo hagámoslo útil con lo que nos brinda claridad mental y soluciones verdaderas. Seamos valientes, nos gusta pertenecer pero ello no implica perdernos a nosotros mismos.