martes, 7 de agosto de 2012

De como la Luz da forma al Mundo

El prestigioso sitio de divulgación científica New Scientist publicó hace algunos años un artículo en el que se citan estudios sobre la relación entre las tormentas solares, el geomagnetismo y el comportamiento humano. El ruso Oleg Shumilov partió de la premisa de que muchos de los animales son sensibles a los campos magnéticos e investigó el efecto del geomagnetismo en la psique humana. Correlacionó datos de la actividad geomagnética y descubrió que durante los picos de actividad había un incremento en el número de suicidios en la ciudad de Kirovsk. Un estudio en Australia y otro en Sudáfrica replicaron el hallazgo de Shumilov.
Otro estudio encontró una correlación entre perturbaciones cardiovasculares y perturbaciones geomagnéticas, y un estudio publicado en el British Journal of Psychiatry muestra un incremento del 36,5%  de internaciones por depresión en la semana posterior a una tormenta geomagnética.
Al parecer se altera nuestra producción de melatonina, un neurotransmisor que se produce en la glándula pineal que es responsable de regular nuestro patrones de sueño y biorritmos. Según la psiquiatra de la Universidad de Columbia, Kelly Posenr, la actividad geomagnética puede “desincronizar los ritmos circadianos y la producción de melatonina”.
La glándula pineal es una glándula endócrina que yace entre los dos hemisferios cerebrales, a la altura del entrecejo. Hoy sabemos que por lo menos produce melatonina, una hormona cuya producción se ve afectada por la luz. Diferentes longitudes de onda de luz hacen que se secrete melatonina en diferentes frecuencias. Esta hormona interactúa con el sistema inmunológico, tiene propiedades de antienvejecimiento y sirve como antioxidante.
La glándula pineal contiene vestigios de una retina y parece operar como transductor magnético, es decir puede ver el magnetismo, así los hacen las aves y otros animales.
Recientemente se ha descubierto la presencia de minerales ferromagnéticos, los cuales probablemente sean los que se afectan durante una lluvia de fotones provenientes del Sol. Además existe una relación probada entre la actividad geomagnética y la percepción de fenómenos paranormales.
Podemos decir que la glándula pineal transforma la luz del sol en un determinado estado mental, una modulación psíquica.
La ciencia moderna está corroborando lo que los antiguos llamaban tercer ojo o puerta de conexión con Dios... con la Luz. Su importancia es reconocida y es por ello que su símbolo representante, desde el ojo de Horus hasta el cono de pino (presente incluso en el báculo del Papal y como escultura en la plaza de San Pedro), se encuentra a lo largo del mundo. 
Tengamos además en cuenta que los protones que envía el Sol tienen la capacidad de mutar... y curiosamente en los últimos años son cada vez más los nuevos elementos que se encuentran en la Tierra (algo que antes se creía imposible).

Ahora bien, seamos entonces ILUMINADOS y tomemos el poder de mutar. Y que la Luz nos llegue a todos.




1 comentario:

  1. Que grande el pino... produce de estos en cantidades!!
    Ojalá podamos utilizar estos nuevos "poderes dormidos" para unirnos cada día un poco más en beneficio de todos para que vivamos en armonía con el universo.

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