viernes, 4 de mayo de 2012

BIOCIDAS - Mínimo Coste Máximo Beneficio

Hay un tema central que todos deberíamos conocer en detalle y que lejos de pasar de moda es un tema a resaltar por su gran avance en el tiempo sobre las sociedades que se dicen modernas. Ha estado silenciosamente transformando nuestras vidas a todo nivel, no sólo nuestra salud sino también la economía global y eventualmente hasta nuestro comportamiento... Se trata del mayor ataque a la humanidad y en general a toda forma de vida en el planeta: los Biocidas.
Por definición un biocida es una sustancia o producto, mezcla de sustancias, destinado a matar por medio químico y biológico a organismos vivos. Los encontramos a nuestro alrededor por montones, lo cual refleja el gran negocio, las enormes ganancias de sus fabricantes (principalmente laboratorios), en cosméticos, alimentos frescos, envasados y embutidos destinados a personas y animales, detergentes de todo tipo, en las vacunas, medicamentos, en la atención médica (clínicas y hospitales), su horizonte no tiene límites. Bio proviene de vida, la función de los biocidas es matar vida, también pueden llamarse conservante, antibacterial, antiséptico.
El error que nos lleva a confiar en la muerte es la idea que nos han publicitado y nos siguen publicitando sobre la eficiencia del mundo artificial para eliminar todo aquello despreciable supuestamente eliminando la enfermedad, lo que se ve feo, putrefacto y huele mal. A cambio alteran el color, el aroma, la apariencia general, estirando la vida artificialmente o mejor dicho haciendo lucir mejor a la muerte... 
Entendamos que Pasteur reconoció al final de su vida que jamás tuvo razón, que su rival Bechamp estaba en lo cierto (aunque muerto y sin la gloria del primero)  respecto a que lo importante es el terreno y no la enfermedad, es decir, lo vital es el equilibrio de la vida en su estado natural, las defensas del organismo. Porque si se trata de microorganismos, se trata de la mayor parte de quien somos y de lo que está compuesta la vida en la Tierra.
Dejemos de miedos a lo desconocido y recuperemos la valentía del saber, la curiosidad que nos mueve a entender quienes somos y donde estamos parados. La vida es más de lo que imaginamos, le debemos la vida a los microorganismos, no son ellos los que fomentan la muerte sino nosotros en nuestro intento por superarla arrastrados por la soberbia. Hay un equilibrio perdido, una balanza que contribuimos a desbalancear mientras creamos que podemos subsistir en un laboratorio y no en la naturaleza. Miremos a nuestro alrededor, hay serias enfermedades en franco aumento como el Autismo (desequilibrio en favor de la bacteria Clostridium y el hongo Cándida), el Parkinson (vinculado al virus Borna), Artritis, Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica, Síndrome Químico Múltiple (enfermedad severa que agrupa alergias a alimentos y químicos), trastornos psíquicos como Depresión, Trastorno Bipolar, Ansiedad, Esquizofrenia y otros como el Cáncer y el Sindrome de Down (debido a biocidas químicos mayormente), que algunos investigadores se animan a vincular con desequilibrios sistémicos a favor de una bacteria, virus, hongo, u otro microorganismo.
No somos conscientes de ello pero es muy probable que nuestro comportamiento sea dirigido por la inteligencia de estos pequeños seres vivos a costa de nuestra incapacidad por defender a los microorganismos que sí nos respetan y la justa medida de la convivencia entre los benéficos y los "nocivos" (lo son por definición humana). Tal vez se trate de una lección que debemos aprender: no podemos respetarnos a nosotros mismos sin respetar a los demás, eso incluye toda forma de vida.
La realidad es preocupante al menos para el negocio de la salud hospitalaria debido a la alarmante resistencia a los antibióticos, o esperanzadora si cambiamos nuestra perpectiva y torcemos el rumbo teniendo en cuenta que como siempre la naturaleza nos da la solución: los alimentos bióticos como el kéfir y el miso, y las plantas medicinales en general.



1 comentario:

  1. Agregaría a la parte final la recomendación del consumo de vitaminas, pero OJO, vitaminas de origen natural, no vitaminas de laboratorio que son muy diferentes.
    Las primeras fortalecen, las segundas son un engaño.

    ResponderEliminar

Este es tu lugar para dejar comentarios: