martes, 29 de mayo de 2012

Varamientos de cetáceos / Prácticas militares navales



Es bastante raro enterarnos de las consecuencias de las prácticas militares, especialmente si se trata de las de Estados Unidos u otro país de los más poderosos del mundo. Sin embargo organizaciones en defensa de los cetáceos y la vida marina han estado junto a algunos científicos acusando al sonar LFAS, usado en los barcos militares más avanzados, de ser el responsable de la muerte y daño irreversible de estos seres.
Pero no es todo, el LFAS, que proviene del estudio del sonar de las ballenas, ha sido en su momento probado por la OTAN en diversas lugares del globo y en todas ellas distintas especies de ballenas y delfines resultaron seriamente afectados por hemorragias en sus pulmones y rotura de tímpano además de afectar su comportamiento (alteración de la reproducción, se detiene la comunicación, rutas migratorias que cambian), y no sólo ellos ya que se sabe que el 57 por ciento de las truchas mueren con estas pruebas, y los submarinistas corren un serio riesgo al estar bajo el agua aunque sea a varios kilómetros del barco.
El LFAS es un sistema de posicionamiento a través de un potente sonar (un sonar activo de baja frecuencia) basado en ondas de sonido de alta intensidad (por encima de los 200 decibelios y que pueden superar perfectamente los 300) y de baja frecuencia (entre 400 y 700 Hz pero que intentan hacer llegar entre los 50 y 150 Hz) que permite detectar objetivos a muchos kilómetros de distancia incluso si éste se encuentra detenido. Cuanto más baja la frecuencia más largo el alcance que el radio de kilómetros que el LFAS cubre. Si tenemos en cuenta que estos animales marinos son afectados con tan sólo 120 decibelios que cubren 300 millas, que 10 decibelios equivale a multiplicar por 10 la intensidad del sonido, que el oído humano no puede soportar sonidos sobre los 160 decibelios y 140 dB en una corta exposición le provoca la muerte, entonces claramente pasa a ser un arma además usada indiscriminadamente... Ni hablar de la burla que implica a las zonas de protección de los cetáceos que tanto le cuestan a aquellos que invierten en cuidarlos.
La meta de estos militares es cubrir el planeta entero con barcos ubicados en zonas estratégicas y así poder vigilar todo, saber donde están los enemigos. Y como siempre las consecuencias de su enfermo control del mundo llevan a lo que ellos podrían nombrar como efecto colateral pero que para las personas sensatas es un arma contra la vida.

¿Queremos tener océanos muertos como las grandes piscinas de un hotel de lujo o llenos de vida y alimento para todos?.

1 comentario:

  1. Que bien estaría el mundo sin militares, es decir, si no hicieran falta.
    Cuanto más militares se necesitan peor estamos, peor somos.
    Mis disculpas si algún militar lee esto pero no estoy de acuerdo con las fuerzas armadas.
    Ojalá fueramos capaces de amar de tal forma que no hicieran falta armas, ni leyes, ni decretos, ni regulaciones.
    Ojalá el sentido común y el amor por la vida, por los seres, por el planeta, por todo reinara.
    Ojalá todo cambien el mundo deje de ser una porquería como hoy lo es.

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